Resumen
Hubiera querido que fuera de otra forma, me hubiera gustado estar delante de Ricardo Guerra para conmemorar…, no lo sé, lo que fuera, su presencia sin más, sólo eso. Porque siempre hay que festejar la presencia, ese signo, ese pliegue en nuestra mirada que es el otro y desde el cual anudo todo lo que soy. Cuando el otro “muere” me ubico entonces en ninguna parte. Se hace el silencio. Porque la muerte es la usurpación del discurso más allá del robo de la vida. Uno corre para escapar de alguna cosa, pero se la lleva consigo. La rabia, la desesperación, todo queda en el interior del individuo.
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Universidad Nacional Autónoma de México