Nietzsche y Kafka: la culpa extraña y el santo deber
Resumen
Ocurre con Kafka que la incertidumbre de existir y, por consecuencia, la obsesión por demostrar nuestra existencia, prevalece por sobre todas las cosas. Al parecer, a Kafka le interesaba demostrar su existencia, aunque no tuviera otro sentido más que ése precisamente
Sin embargo, podemos pensar que si bien a Edipo su destino le acompaña como a una sombra, en tanto que la tragedia antigua es la de la fatalidad, a Kafka el destino lo sorprende como una negación de la voluntad, porque Kafka quiere la acción fantástica, aunque en lo que termina es en la resignación juiciosa, en la exclusión justificada por la culpa. Lo trágico no es algo excepcional, es parte de la vida, está allí en toda acción humana. Lo trágico moderno se da cuando no hay tragedia. La tragedia consiste, paradójicamente, en que no hay tragedia. Lo trágico se da cuando no pasa nada digno de mención. Antón Chejov será el dramaturgo que dibuja esta tragedia contemporánea pues de alguna manera “democratiza” la tragedia al rebuscar en el subtexto lo insulso de la vida cotidiana.
Palabras clave: tragedia; Kafka; fatalidad; exclusión;
Nietzsche y Kafka: la culpa extraña y el santo deber
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